En 2.003 Jonu, Xanti, Gaizka y yo creábamos Punkamine. Todos habían participado ya en varias bandas pero, por mi parte, formar parte de un grupo punk había sido un deseo que siempre se había quedado por el camino desde la adolescencia. Proyectos no habían faltado, empezando por aquel virtual Alkol que «creamos» en el colegio entre algunos amigos. Nunca conseguimos instrumentos y no hicimos ningún ensayo, pero canciones sí que compusimos, como el himno etílico «Kalimotxo kultural». Algunas personas de nuestro entorno todavía lo recuerdan. Pero bueno, dejando de lado aquellas intenciones adolescentes, Punkamine es el primer grupo en el que realmente he participado. Y como en todos aquellos años no había aprendido a tocar ningún instrumento, me tocó ser cantante -debo confesar, por otro lado, que ese había sido siempre mi deseo-. La banda tuvo cambios tempranos, hasta que finalmente quedó una formación bastante permanente: Jonu al bajo y en las segundas voces, Jorge a la guitarra, Maci a la batería y yo al micrófono.
Poco a poco logramos un puñado de canciones y el 25 de junio de 2.004 subimos por primera vez al escenario, en Basauri, para un grupo de alumnos de AEK de la localidad. Lo tomamos con calma, y para el cierre de año habíamos ofrecido ocho conciertos. En 2.005 vino nuestro primer CD. El trabajo de estudio corrió a cargo de Xanti, y es que en 2.003 había tenido que dejar la banda precisamente para estudiar imagen y sonido. Un buen trabajo que tuvo también sus anécdotas curiosas -recuerdo bien cómo tuvimos que grabar las baterías…-. Y cuando ya estaba en la calle, en los momentos de presentarlo…, mi mediocre garganta, poniéndose de acuerdo con uno de nuestros temas, dijo basta ya. Aunque intenté alargar un poco más la cosa, y con mucha pena, tuve que decir adiós al grupo, en 2.006. Pero todo lo vivido mientras tanto mereció la pena, vaya que sí. Y durante los siguientes años también pude hacer mis pequeños aportes a la banda cada vez que tuve ocasión. Sobre todo siempre fue un grupo de amigos. Esa y no otra había sido la vocación de Jonu y mía al crearla: volver al punk de los 80, difundir proclamas libertarias en euskera… y pasarlo lo mejor posible entre amigos.
El grupo siguió adelante hasta 2.010, mientras en el camino se le unían Iagoba, Aitor y Eleder. El funeral de Punamine dejó dos retoños, Ezisilik por un lado y, más adelante, Koiu por otro. Además, Jonu siempre ha mantenido su proyecto personal de cantautor, y aún lo conserva.
«Para la historia» quedaron algunas grabaciones…
DISCOGRAFÍA
Punkamine (LP)