En medio nací,
ni demasiado pronto ni tarde,
en una época dormida,
ni carbón ardiente ni nieve helada,
barro tibio quizá.
En medio, siempre en medio.
Ni dulce ni ácido,
agradable en la boca, como mucho,
ni demasiado amado ni odiado,
apreciado siquiera.
Tenue luz de mesilla,
que te ahuyenta la oscuridad, sin iluminar los sueños,
suficiente para seguir
a duras penas las líneas.
En medio, siempre en medio.
Ni aguijón ni freno,
incierto bastón.
Nací,
vivo,
en medio,
en la nada.
(Buenos Aires, 2-3-2019)