Hay un peso en mis párpados,
que no me permite ver.
Hay un peso en mi pasado,
que no me deja pararme.
No quiero pesarlas,
pero peso
palabras, promesas, reglas pesadas,
sus compañeras de piso
costumbres, creencias, rumores.
Hay un peso en mis patillas,
que no me permite oír.
Hay un peso en mi futuro,
que impide mis pasos.
No quiero pesarlas,
pero peso
sonrisas, tocamientos, caricias pesadas,
sus compañeras de piso
lágrimas, salivas, pieles.
Hay un peso en mis uñas,
que no me permite escribir.
Hay un peso en este instante
que no se puede pesar.