Bilbao, mediados del siglo XXI: todos vivimos en una democracia desarrollada asistida por la tecnología, en una biodemocracia, en la cual decidimos todos los detalles de la vida a través de nuestro voto, por votaciones realizadas directamente desde nuestro móvil: si puede o no llevarse a cabo una huelga, si debe o no desaparecer del mercado la música que no nos agrada, o si el acusado de un supuesto delito es o no culpable. El sistema parece transparente y limpio, exigiendo y garantizando la participación de toda la ciudadanía, pero Txetxu Urruti va a conocer la cruz de esa perfección, cuando lo acusan y detienen por el asesinato de su esposa Nere Poza.
En la tradición política de las utopías que se transforman en distopías (con un claro rastro de Orwell y Huxley), Asel Luzarraga ha escrito una novela potente y de ritmo vivo que logra atrapar al lector, con una mirada crítica e irónica que hace reflexionar sobre los males y tendencias de nuestra sociedad: qué tipo de familias estamos construyendo, qué tipo de escuelas, televisión, entretenimiento, policía, justicia, cárcel…
(La portada es un magnífico trabajo de Unai Arana).