Eres un elefante
en busca de su cementerio.
Vayamos despacio,
recorramos hacia atrás el camino, paso a paso,
como una partida de ajedrez que se repite en la memoria.
¿Dónde está el cementerio?
Repites uno a uno los movimientos pero
no logras llegar al jaque mate.
Eres un elefante y no sabes cuál es
la ruta para morir.
¿Cómo se mueve el elefante
en el tablero de ajedrez?
Te has perdido tras tu sombra
y no puedes dejar tu cadáver en cualquier parte.
Existe un lugar para cada pieza,
también para las muertas.
Recorramos hacia atrás el camino,
pensemos por un momento.
¿El elefante que moribundo se pierde
se condena a seguir vivo
si de su memoria de elefante
se ha borrado el camino al cementerio?
¿Existe alguna multa para el elefante
que muere fuera de lugar y tiempo?
Pues recorrer hacia atrás la ruta para morir
no significa nacer de nuevo.
Y tú eres un elefante
en busca de su cementerio.